La neumonía aspirativa se produce por la entrada anormal de líquido, partículas o secreciones del aparato digestivo en el tejido pulmonar.
Para que esto se produzca se requiere la existencia de dos circunstancias: la alteración de los mecanismos de defensa que protegen los pulmones de las aspiraciones que incluyen el cierre de la glotis y la tos, y que el líquido o las partículas aspiradas contengan gérmenes o irritantes químicos.
La mayoría de los gérmenes proviene de las secreciones de la nasofaringe, de la cavidad oral, del contenido esofágico o del contenido gástrico.
Link original: Una enfermedad de extremo cuidado - La Nación 20.04.2004