Opiáceos

El opio se conoce desde hace cientos de años como analgésico y droga de uso ilícito con alto poder adictivo.  

El derivado sintético más utilizado como droga de abuso es la heroína y, si bien inicialmente se la comercializó para tratar el dolor, la tos y la disnea, la facilidad con las personas desarrollan dependencia hizo que se prohibiera su uso. En la actualidad la heroína integra el grupo de las drogas ilícitas.

Se la suele diluir con azúcares y se la adultera con cafeína, psicofármacos, quinina, cocaína, talco y otras sustancias de tal forma que existe una alta variabilidad en su grado de pureza. Se presenta en forma de polvo blanco o marrón o como una sustancia negra y pegajosa conocida como "goma" o "alquitrán negro". Tambien está disponible en pastillas o líquido.

Se administra por vía nasal (“esnifado”), inhalación pulmonar a través de cigarrillos (“chinos"). También se usa por vía inyectable (subcutánea o intravenosa).

Su efecto se inicia rápidamente y dura entre tres y cuatro horas y  hasta un día completo en caso de dosis excesivas.

La necrosis del tabique nasal es una de las complicaciones más usuales en quienes “esnifan” heroína al igual que suele suceder con los que esnifan cocaína.

 Efectos de la sobredosis    

La sobredosis se asocia más frecuentemente con la vía inyectable; sin embargo, se producen casos también en consumidores por vía nasal o pulmonar y también en transportadores corporales (“mulas”) cuando se rompen los paquetes y la droga se libera en el tubo digestivo.

Son características de la intoxicación por dosis altas de opioides:

  • Depresión respiratoria
  • Insuficiencia respiratoria
  • Broncoaspiración
  • El edema agudo de pulmón no cardiogénico
  • Estado asmático (por inhalación)