La industria farmacéutica y universidades de todo el mundo está abocada a hallar una vacuna contra el Covid-19. Estados Unidos y la República Popular China encabezan la lista disputándose el primer lugar el mercado. Las vacunas se investigan inicialmente en el laboratorio y luego en animales; después se llevan a cabo ensayos clínicos de tres niveles con voluntarios humanos. En este momento ya hay preparados en etapas avanzadas de investigación que se están probando en humanos. El siguiente es un resumen de una publicación del diario  “Handelsblatt”.  Fuente: www.handelsblatt.com

La vacuna antituberculosa, está compuesta por una suspensión de bacterias vivas atenuadas llamadas bacilos de Calmette Guerin (BCG), en homenaje a sus descubridores. Es la más antigua de las vacunas utilizadas actualmente, la primera dosis se aplicó en 1921.

La administración intradérmica de la BCG ocasiona, en la mayoría de los casos,  reacciones locales menores (eritema, dolor a la palpación) seguidas por la formación de una pequeña úlcera y, al cabo de pocos meses, una pequeña cicatriz que es utilizada  como indicador de vacunación pero no de inmunidad.  Por otra parte, la ausencia de cicatriz no significa falta de protección ni mala técnica de aplicación.

Desde hace años está disponible en los hospitales públicos una vacuna de 23 serotipos de acceso gratuito para todos los mayores de 64 años. Aún así son pocas los adultos de este grupo etario que se vacunan. Una encuesta nacional, realizada por la empresa IPSOS en 2011, sobre 1200 personas entre 18 y 70 años de edad  mostró que si bien la mitad de los entrevistados estaba al tanto de la posibilidad de vacunarse para prevenir la neumonía, sólo uno de cada 10 de ellos lo había hecho.

El neumococo es conocido científicamente como Streptococcus pneumoniae. Esta bacteria es responsable de más del 60% de las infecciones del aparato respiratorio, y se asocia con un alto riesgo de mortalidad.

El neumococo es una de las bacterias que con mayor frecuencia causa la  neumonía adquirida en la comunidad que puede, en el 20% de los casos comprometer otros órganos más allá del pulmón conformando una neumonía bacteriémica o enfermedad invasiva neumocócica.

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