La aspergilosis es una infección producida por diversas especies del hongo Aspergillus que se encuentra en el suelo, aire, agua, plantas, materia orgánica en descomposición; en el hogar se los encuentra en el polvo doméstico, alimentos o ropas almacenadas; también están presentes en paredes húmedas, cereales, forrajes y algunas aves como las palomas. La humedad y la temperatura elevadas favorecen su desarrollo.
Con mayor frecuencia, el hongo ingresa al organismo por inhalación y asienta luego en los pulmones.
La aspergilosis del aparato respiratorio puede manifestarse de varias formas.
Las formas de presentación más comunes son:
Reacciones alérgicas con asma, rinitis alérgica o broncoalveolitis alérgica.
Aspergiloma, se comporta como un tumor y es consecuencia de la localización y desarrollo del hongo dentro de cavidades existentes previamente (bronquiectasias, quiste congénito, absceso)
En los pacientes con compromiso de la función inmunológica causada por disminución del tipo de glóbulos blancos llamados neutrófilos –neutropenia- o tratamiento prolongado con corticoides la aspergilosis pude provocar infecciones invasivas muy graves, incluso con diseminación a otros órganos.
Con menor frecuencia pueden producirse:
Neumonitis por hipersensibilidad
Aspergilosis del conducto auditivo externo y de los senos paranasales, y en los pacientes con VIH o trasplantados el compromiso de la tráquea o los bronquios.
¿Cómo se trata la aspergilosis?
Las reacciones alérgicas se evitan previniendo la exposición.
Las formas tumorales se tratan mediante cirugía.
Las formas invasivas requieren medicamentos llamados antifúngicos.
La neumonitis por hipersensibilidad se trata primordialmente evitando la exposición ambiental al hongo y, eventualmente, con corticoides.