Mc Curdy y Shanholtz examinaron estudios incluidos en diversas bases de datos y revisaron los aspectos fisiopatológicos y diagnostico-terapéuticos de las cinco complicaciones más frecuentes relacionadas con el cáncer, las cuales suelen ser la primera manifestación de la enfermedad.
Como resultado de su análisis señalan que el síndrome de la vena cava superior puede tratarse con radioterapia, quimioterapia, colocación de stents vasculares o resección quirúrgica. Por su parte el derrame pericárdico maligno puede, en los casos más graves, requerir pericardiocentesis de urgencia para evitar el taponamiento cardiaco.
La sospecha de compresión maligna de la médula espinal es indicación de administración de corticoides, siendo el resultado de los estudios por imágenes el parámetro a partir del cual se decidirá el tratamiento quirúrgico o por radioterapia.
Para el manejo de la hipercalcemia recomiendan hidratación por vía parenteral y bifosfonatos. Finalmente, el síndrome de lisis tumoral aguda requiere hidratación por vía intravenosa con manejo del balance electrolítico y la administración de la enzima recombinante urato oxidasa rasburicase.
Conclusión
Los autores concluyen que, si bien el pronóstico de las complicaciones descriptas en esta revisión es pobre, un adecuado diagnóstico y abordaje terapéutico puede mejorar la evolución a corto plazo facilitando el tratamiento de la enfermedad de base o la administración de cuidados paliativos.
Acceso al resumen
McCurdy M., Shanholtz C. Oncologic emergencies. Critical Care Medicine 2012; 40 (7): 2212–2222