La llamada “exposición de tercera mano a la nicotina” es un concepto relativamente novedoso, instalado en el año 2009, que describe los riesgos de salud derivados de la inhalación de residuos de tabaco depositados en superficies domésticas como alfombras, cortinados, almohadones, paredes, pisos, y, también en el interior de los automóviles. Estos residuos resisten la limpieza usual ya que la mayoría de los detergentes son alcalinos y para remover la nicotina se requieres soluciones ácidas como por ejemplo el vinagre; tampoco los elimina la aireación de las habitaciones.
La “exposición de tercera mano” ocurre a través de la piel, respiración e ingestión hasta largo tiempo después que el humo se ha eliminado de la habitación
El cigarrillo electrónico es, según lo define la Organización Mundial de la Salud, un sistema electrónico de liberación de nicotina (ENDS por su sigla en inglés). Este dispositivo es operado por baterías y permite al fumador inhalar una mezcla de nicotina y otras sustancias químicas en forma de vapor. La contaminación ambiental doméstica generada por el cigarrillo electrónico es inferior a la que resulta de fumar cigarrillos convencionales, no obstante, aunque en menor medida, el va por emitido por el cigarrillo electrónico no está libre de residuos de nicotina.
En el mes de febrero de 2014, en ocasión del encuentro anual de la Sociedad para la Investigación de la Nicotina y el Tabaco (Society for Research on Nicotine and Tobacco) se han dado a conocer los resultados de un estudio que cuestiona la seguridad del cigarrillo electrónico. Expertos del Roswell Park Cancer Institute vaporizaron el interior de tres cámaras herméticamente cerradas, similares a una habitación amueblada en el hogar, con tres marcas diferentes de cigarrillo electrónico. Analizaron luego las superficies expuestas y hallaron residuos de nicotina, particularmente en el piso y los vidrios de las ventanas. Este estudio confirmó que, también el cigarrillo electrónico se asocia a la llamada “exposición de tercera mano a la nicotina”.
Este mismo equipo de investigadores examinó el contenido de nicotina de las soluciones contenidas en los cartuchos de llenado y las comparó con las descripciones del prospecto. Hallaron que 1 de cada 4 productos diferían en más del 20% con las cantidades señaladas en el prospecto y hasta se halló nicotina en cartuchos que anunciados como “libres de nicotina”.
Aún existen dudas acerca de los riesgos potenciales para la salud asociados al uso del cigarrillo electrónico por lo cual en Argentina su venta no está aprobada por la ANMAT.