Algunos fumadores sólo están dispuestos a reducir el consumo de cigarrillos.

Este es un desafío con el cual el médico y el mismo paciente se enfrentan. Esta política de reducción de daños se define como “una intervención diseñada para reducir el daño a la salud causado por el tabaco, sin requerir ni pretender la abstinencia completa de todos sus constituyentes (entre ellos la nicotina) antes de seis meses”.

Se puede deducir de esta definición que algunas personas continuarán utilizando el tabaco o la nicotina,  no obstante a menudo es un primer paso hacia el abandono definitivo del hábito tabáquico.

Las estrategias pueden ser

• Fumar un menor número de cigarrillos(no aceptar ofrecimientos de cigarrillos, dejar de fumar en varios lugares prefijados)
• Fumar menos intensamente (utilizar una boquilla, reducir la profundidad de la inhalación)
• Consumir menos nicotina (cambiar la marca de cigarrillos)
• Incorporar períodos temporales de abstinencia por medio de la terapia de sustitución con nicotina a corto plazo (chicles, parches etc.)

La “política de reducción de daños” disminuye el riesgo pero no lo elimina.  La salud del fumador sigue estando amenazada.