El trasplante pulmonar consiste en el reemplazo de uno o ambos pulmones enfermos por pulmones sanos provenientes de un donante humano.
Requisitos generales
Primeramente el donante de pulmón debe cumplir los criterios del donante multiorgánico. Para ello se requiere la certificación de la muerte por criterios neurológicos (muerte encefálica) o por criterios cardiorrespiratorios.
Los pulmones también pueden ser donados por personas vivas. Esta modalidad no está contemplada por la ley Argentina aunque excepcionalmente la Justicia autoriza el trasplante de lóbulos (partes) de pulmón a partir de un donante vivo como “una instancia excepcional, siendo la última opción en pacientes en situación clínica de urgencia y luego de haber agotado la alternativa del donante cadavérico”
También se deben tener en cuenta las recomendaciones relativas a la prevención de transmisión de enfermedades entre donante y receptor de tipo infeccioso o tumoral, lo que deja fuera de la lista de donantes a los pacientes con infecciones crónicas como tuberculosis, infección por virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH), SIDA o hepatitis B o C, o de aquellos con cáncer
El donante de pulmón
Los donantes de pulmón deben reunir ciertas características que brinden confiabilidad acerca de su aptitud para ser trasplantados y funcionar correctamente.
Por ello la edad del donante no debe superar los 60 a 65 años.
Desde ya no aptos los pulmones de una persona que haya consumido tabaco, tuviera antecedentes de exposición a asbesto, sílice o vapores tóxicos; o que tuviera alguna enfermedad pulmonar clínica (incluida asma) o visible en la radiografía del tórax.
Finalmente, una vez que el donante cumple con los requisitos mencionados se selecciona al receptor del órgano a trasplantar teniendo en cuenta la compatibilidad con el grupo sanguíneo, el peso y la talla.