Ablación

La ablación consiste en extraer o destruir un órgano o tejido o su función. Existen numerosas técnicas de ablación, algunas de ellas se describen a continuación.

 

Ablación quirúrgica  

Los ejemplos más ilustrativos se relacionan con la extirpación de tumores (nódulos, cáncer), órganos o parte de los mismos (todo un pulmón, uno o más lóbulos de un pulmón). También se emplea la ablación quirúrgica en los procesos de trasplante de órganos.

 

Ablación medicamentosa 

Consiste en la utilización de fármacos para bloquear la acción de determinados órganos. Por ejemplo, en el caso del cáncer de próstata se suelen usar antiandrógenos y en el cáncer de mama antiestrógenos. Otro ejemplo es el uso de yodo radiactivo para eliminar restos de tejido tiroideo en el caso del cáncer de tiroides. 

 

Ablación por radiación  

La radioterapia es un tratamiento para suprimir células cancerosas que suele aplicarse antes de la cirugía o la quimioterapia para reducir el tamaño del tumor o después para eliminar restos del mismo. También se usa para suprimir la médula ósea antes del trasplante.

 

Ablación por radiofrecuencia  

Es un procedimiento que usa ondas de radio para destruir, por calor, células anormales (cáncer pulmonar, hepático, renal, etc.). Este tratamiento se aplica al cáncer de pulmón en etapas tempranas y a metástasis pulmonares de otros cánceres. En ocasiones es útil para reducir el tamaño de un tumor y mejorar la respuesta a la quimioterapia o radioterapia. Asimismo, es útil para brindar alivio cuando el tumor invade la pared torácica y causa dolor. También se emplea para tratar arritmias cardiacas.

 

Ablación con láser 

Este tipo de tratamiento se aplica, en pacientes seleccionados, para resecar pequeñas lesiones malignas localizadas en las vías respiratorias. También se puede usar para ayudar a desbloquear la luz de la vía respiratoria obstruida por un tumor grande para facilitar el paso de aire y aliviar los síntomas. El láser se encuentra en el extremo de un broncoscopio.