Es sabido que si bien existe un tipo de asma que puede agravarse con el ejercicio, la práctica de actividad física está indicada en la mayoría de los pacientes asmáticos. Incluso muchas personas con asma llegan a ser deportistas profesionales.
La natación es el deporte en el que los atletas con asma logran sus mayores triunfos. Baste mencionar a Mark Spitz quien ganó siete medallas de oro en los Juegos Olímpicos de 1972.
Otros deportistas asmáticos con actividad destacada en los deportes acuáticos son Gregoris Louganis, clavadista; Tom Dolan, nadador de medio fondo y Amy Van Dyken nadadora; todos ellos con varias medallas olímpicas.
¿Natación al aire libre o pileta cubierta?
La crisis de asma provocada por un esfuerzo físico se debe a la sequedad y el frío del aire respirado.
Por ello el lugar más apropiado para practicar natación es la “pileta cubierta” con valores promedio de humedad ambiente del 60 a 70% y temperatura entre 24 y 30ºC. En esas condiciones sólo un paciente con asma muy inestable podría desarrollar una crisis.
Otro de los factores que se plantea en la pileta es la reacción bronquial al cloro. Si bien es un irritante de la vía aérea, usado en las concentraciones autorizadas y en un ambiente ventilado no agrava el asma.
Beneficio neto
La práctica de la natación impacta positivamente en la condición física general del paciente, fortalece los músculos respiratorios, mejora la calidad de vida del paciente. La posibilidad de competir en igualdad de condiciones con otros individuos no asmáticos mejora la evolución psicofísica del paciente.
Recientemente se han publicado en la revista Cochrane Database of Systematic Reviews los resultados de la revisión de varios estudios con más de 200 pacientes entre 5 y 18 años de edad en la cual se indica que la natación es bien tolerada en los individuos con asma estable. Además en estos pacientes mejoraron la función pulmonar y el estado cardiopulmonar. No se hallaron pruebas de que la natación causara efectos adversos sobre el control del asma en pacientes con asma estable.
La práctica de natación favorece el desarrollo de la capacidad pulmonar
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