Proliferan hongos, mohos y ácaros del polvo doméstico. Las casas de veraneo que han estado cerradas durante los meses de invierno acumulan humedad que favorece el crecimiento de hongos y mohos en las paredes y la ropa de cama y almohadas. La humedad y las temperaturas templadas favorecen la proliferación de ácaros. Se recomienda mantener el nivel de humedad por debajo del 50%.
Aumenta la concentración de polen. En preferible evitar zonas de cultivos agrícolas y paseos por el campo. En todo caso la mejor opción para el contacto con la naturaleza son los bosques ya que los granos de polen de los pinos son grandes y se depositan en el suelo más rápidamente que los de otras plantas que se mantienen flotando en el aire, y las zonas húmedas cercanas a ríos y mares donde las concentraciones de polen son más bajas. No es recomendable dormir sobre el césped, por lo menos se debe extender una manta sobre la cual colocar la bolsa de dormir.
Aumento del ozono. El ozono es un irritante bronquial; es recomendable programar las actividades al aire libre durante la mañana cuando los niveles son más bajos.
Cambios de temperatura. Pasar del excesivo calor exterior a ambientes interiores con aire frío y seco puede provocar crisis de asma en algunas personas.
Las tormentas de verano aumentan la concentración de polen y el nivel de ozono en la atmósfera.
Humo. En caso de encenderse fogatas es conveniente colocarse de espaldas al viento para evitar irritación de las vías aéreas.
No olvidarse de llevar:
- Plan de tratamiento continuo y de rescate en cantidades suficientes para el total del periodo vacacional más un extra.
- Carta del médico tratante explicando diagnóstico, tratamiento, posología.
- Indicaciones del médico en el equipaje de mano de mano.
- Seguro médico
- Parte de los medicamentos en el equipaje de mano, no despacharlos todos
Las vacaciones de verano no son sinónimo de vacaciones de los medicamentos para tratar el asma