La carrera es una actividad continua y prolongada, de resistencia, y requiere ir acompasada con una respiración relajada.
Ritmo
La mayoría de los corredores inhalan cada dos pasos y exhalan en el mismo intervalo. No obstante, cada deportista tiene un ritmo individual que se adapta a su técnica de correr, velocidad, distancia, grado de dificultad (obstáculos) de la carrera y condición física.
En general se recomiendan respiraciones breves y superficiales, aunque es útil intercalar inhalaciones profundas para recuperar el aliento.
Inspirar-Exhalar
Lo mejor es inspirar por la nariz pues el aire se filtra, se calienta y llega en mejores condiciones a los pulmones; aunque la resistencia de las vías nasales al flujo aéreo es tres veces superior que la de la cavidad oral.
Cuando se requieren grandes ventilaciones pulmonares (carrera rápida) se inspira por la boca para aumentar la cantidad de aire que ingresa a los pulmones.
En todo caso, el aire siempre se expele por la boca, soplando lentamente.
¿Conversar mientras se corre?
Si la intención es entrenar para carreras de competición lo mejor es no hablar ya que el ritmo de la respiración de altera y disminuye el rendimiento.
Si, en cambio, se trata de correr como hábito de actividad física para mejorar la salud se puede conversar ya que la distracción ayuda a combatir el cansancio.
¿Cuándo detenerse?
En los primeros kilómetros es normal que haya un aumento de la frecuencia respiratoria que, en personas entrenadas, se estabiliza.
La respiración es el parámetro que mejor indica si el corredor va a buen ritmo; si aparece disnea se ha de bajar el ritmo, incluso caminar si es necesario, hasta recuperar el aliento y retomar la carrera.
“Puntada de costado”
Este dolor cuyo nombre científico es “dolor abdominal transitorio relacionado con el ejercicio” o ETAP (por sus siglas en inglés), es más frecuente en quienes recién se inician en este deporte.
Se describe como una punzada lateral, un dolor filoso, que aproximadamente el 60% de los casos aparece del lado derecho del cuerpo, aunque puede surgir en el lado izquierdo del abdomen o como un dolor en el hombro.
Este dolor se debería un espasmo del músculo diafragma causado por falta de oxigeno. Un modo de aliviarlo es reducir la frecuencia respiratoria y cambiar el ritmo de respiración.
Correr sin controlar la respiración condiciona un jadeo irregular que incrementa el cansancio hasta la aparición de un dolor agudo a un lado del tórax que obliga a detenerse
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