Se llama Hipertensión Pulmonar al aumento de la presión de la arteria pulmonar media con valores mayores a 25 mmHg cuando la persona se encuentra en reposo (sentada, parada o acostada sin hacer esfuerzos).
Tal vez la característica más preocupante de la hipertensión pulmonar es la incapacidad para conectar directamente los síntomas con la enfermedad.
En los estadios iniciales de la enfermedad los síntomas pueden pasar desapercibidos durante meses y hasta años. Una vez que se inician la mayoría de los pacientes consultan a muchos médicos antes de alcanzar un diagnóstico preciso. Este problema se debe a que los síntomas suelen ser poco específicos; a veces los mismos pacientes los atribuyen a la edad o a la pérdida de aptitud física, otras se confunden con otras afecciones como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o enfermedades cardiacas. Además, por ser una entidad poco frecuente, los médicos de atención primaria suelen estar poco alertados.
Síntomas que pueden ayudar a identificar la Hipertensión Pulmonar
Dificultad para respirar, dolor torácico y desmayo son los tres síntomas que definen los estadios evolutivos de la Hipertensión Arterial Pulmonar. La presencia de cualquiera de ellos requiere asistencia médica.
- Disnea o dificultad para respirar es uno de los síntomas más comunes de la hipertensión pulmonar. La disnea se debe a la falta de oxígeno en la sangre, que en laso de la hipertensión pulmonar se relaciona con alteraciones en el intercambio de gases.
En las etapas incipientes este síntoma no interfiere con la actividad física. Más adelante la disnea se presenta con un ejercicio mediano como caminar o subir escaleras y entonces el paciente debe detenerse a tomar aire o descansar. También es característico de estas personas que cuando van a sitios más altos que el nivel del mar sienten que la respiración se les dificulta.
Fatiga, sensación de cansancio permanente y muy importante. La fatiga extrema es un síntoma que pueda indicar la aparición de una insuficiencia en la capacidad del corazón para mantener el aporte de sangre oxigenada a los músculos.
Desmayos, pérdidas transitorias del conocimiento o mareos también es un síntoma común de la hipertensión pulmonar. Esta sensación que uno se va a desmayarte (vahído, debilidad, sudoración fría, náuseas) o episodio de pérdida del conocimiento es consecuencia de que el oxígeno no puede llegar al cerebro.
La dificultad para respirar o el mareo leve durante la actividad suelen ser el primer síntoma. Este es uno de los síntomas que con más frecuencia motiva la consulta con el médico.
Edema es la acumulación de líquido con hinchazón de los tobillos.
En la Hipertensión Arterial Pulmonar (HAP) es característica la presencia de “días buenos” y “días malos” y también lo es la progresión de los síntomas que con el tiempo se presentan cada vez con actividades más livianas y hasta en reposo. A medida que la HAP progresa, los síntomas se hacen más notorios y comienzan a parecerse a los de la insuficiencia cardíaca congestiva.
La disnea y el cansancio cada vez se integran más a la vida cotidiana, de modo que incluso las tareas más sencillas, como vestirse y caminar distancias cortas, se dificultan cada vez más. El edema en los miembros inferiores aumenta. Todos estos son signos son indicadores del aumento del trabajo cardiaco que trata de ajustarse al aumento de la presión en las arterias pulmonares.
Estos síntomas no son “normales”, no espere a que se afecten gravemente sus actividades habituales para acudir al médico.