La función pulmonar es un factor crítico para la salud durante el tiempo que rodea una intervención quirúrgica.
Las enfermedades pulmonares crónicas, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el asma, las enfermedades restrictivas pulmonares y los trastornos de la pared torácica así como la hipertensión pulmonar, pueden interferir con la tolerancia ante una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
En estos casos la preparación para una cirugía requiere del trabajo en equipo con la participación del médico de atención primaria, el especialista neumonólogo, el fisioterapeuta, el cirujano y el anestesista que analizarán la historia clínica, realizarán un examen físico, y solicitarán pruebas como radiografía de tórax, medición de los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en sangre, espirometría, y otras que consideren necesarias.
En base a los resultados de estas pruebas decidirán:
- El tipo de anestesia más adecuado para la función pulmonar.
- Modificaciones en el tratamiento antes de la operación para optimizar la función respiratoria.
- Controles y tratamiento intraoperatorios.
- El tipo de ayuda respiratoria en el postoperatorio (desde una simple mascarilla de oxígeno hasta ventilación mecánica).
Qué se puede hacer antes para reducir el riesgo después de una cirugía programada:
- Dejar de fumar, al menos 2 meses antes disminuye aproximadamente un 50% la incidencia de complicaciones pulmonares.
- Cumplir estrictamente con las indicaciones del médico relacionadas con el uso de los medicamentos.
- Prestar especial atención a la alimentación ya que la malnutrición aumenta el riesgo de complicaciones postoperatorias. Consultar con un especialista en nutrición.
- Practicar las técnicas de expansión pulmonar. Algunas se pueden aprender y ser practicadas por el mismo paciente (ejercicios de respiración profunda; tos); otras requieren la asistencia de profesionales especializados (espirometría incentivada; drenaje postural; percusión y vibración; respiración bajo presión positiva y presión positiva continua de la vía aérea).
En oportunidades pueden estar indicadas técnicas de entrenamiento y fortalecimiento muscular también denominadas de rehabilitación respiratoria.
Nunca suspenda por decisión propia los medicamentos broncodilatadores, ello podría descompensar la enfermedad pulmonar y aumentar el riesgo de complicaciones.