La inhalación o ingestión de compost podría aumentar el riesgo de contraer “Enfermedad de los legionarios”. Esta afección es causada más frecuentemente por la bacteria Legionella pneumophila, que se encuentra en lagos, arroyos y otros terrenos irrigados por agua dulce. Un agente causal menos conocido es la bacteria Legionella longbeachae que se encuentra en compost y macetas.

Si bien la mayoría de las personas no se enferman, existen grupos especialmente susceptibles como los adultos mayores, los fumadores y  las personas con enfermedad pulmonar crónica en quienes causa un cuadro de neumonía

Un estudio coordinado por la Prof. Patricia Priest, de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, encuestó durante dos veranos consecutivos a 31 adultos que habían sido hospitalizados como consecuencia de una infección por  L. longbeachae y a 172 personas sanas.  Los participantes completaron cuestionarios detallando sus datos demográficos, el estatus de tabaquismo, condiciones de salud preexistentes y actividades que pudieran haberlos expuesto al compost o mezcla para macetas (jardinería, horticultura). Los resultados se publicaron en la revista Emerging Infectious Diseases, el órgano de los Centros para el Control y Prevencion de Enfermedades de Estados Unidos. El estudio señaló a la jardinería como un factor de riesgo significativo para la enfermedad de los legionarios. Casi la totalidad de los pacientes había desarrollado tareas de jardinería en las tres semanas previas a la manifestación de su enfermedad. Se observó que aquellos que tenían por hábito lavarse las manos inmediatamente después de entrar en contacto con productos de compost tuvieron un menor riesgo de enfermarse; contrariamente el uso de máscaras o guantes no disminuyó el riesgo.

Se recomienda a los jardineros, en especial si fuman o padecen enfermedad pulmonar obstructiva crónica, tener precaución al manipular productos de compost y mezcla para macetas 

Precauciones

Abrir las bolsas lejos de la cara y mantenerla cerca del suelo cuando se mueve. Lavarse las manos después de manipular el producto y siempre antes de tocarse la cara