Las infecciones, a corto y a largo plazo, son una complicación frecuente en los pacientes trasplantados, generan una importante morbilidad, prolongan el tiempo de hospitalización y pueden causar pérdida del injerto.
El principal determinante de la aparición de infecciones es la intensidad de la inmunosupresión
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Las infecciones pulmonares son más frecuentes en receptores de pulmón y corazón, pero también se desarrollan en trasplantados renales, hepáticos, de páncreas o médula ósea.
Causas
En pacientes receptores de trasplante pulmonar existen varias circunstancia de riesgo. En primer lugar es muy frecuente la transmisión de bacterias a través del injerto, con un alto riesgo de colonización. Además el proceso quirúrgico al afectar directamente la pulmón agrega riesgo asociado al compromiso de la tos, heridas y suturas, etc. Asimismo, el órgano trasplantado está en contacto con el exterior.
En el postoperatorio inmediato la causa más frecuente de neumonía es la ventilación mecánica. Durante el primer mes desempeña un papel fundamental la exposición a microorganismos hospitalarios (neumonía intrahospitalaria) en particular cuando el donante esta internado en terapia intensiva e intubado. En general son producidas por bacterias.
A partir del tercer mes el principal determinante es la depresión de la inmunidad causada por los medicamentos administrados para disminuir el riesgo de rechazo. En este periodo pueden aparecer infecciones virales; el virus sincicial respiratorio causa bronquitis, neumonía y se asocia a rechazo del injerto en el trasplante de pulmón. También se desarrollan infecciones por hongos (Aspergillus).
Después del sexto mes, las dosis de inmunosupresores se reducen y la infección más frecuente es la neumonía adquirida en la comunidad con una incidencia similar a la de la población general. En esta fase tardía es frecuente la tuberculosis, sobre todo en sitios donde la enfermedad es endémica. Puede tratarse de una reactivación de una enfermedad previa o una infección primaria. Compromete al pulmón hasta en un 70% de los casos, aunque existe un alto riesgo de enfermedad diseminada.
Estrategias de prevención de infecciones
- Educación del paciente: alimentación, contacto con animales domésticos, actividades de jardinería, viajes.
- Exámenes periódicos para detectar infecciones asintomáticas
- Profilaxis con antibióticos
- Vacunación