El examen histológico consiste en la observación de la estructura, desarrollo y funciones de tejidos y células vivas normales y sanos.
El examen histopatológico analiza muestras procedentes de individuos enfermos y tiene el objetivo específico de identificar alteraciones estructurales y anormalidades proteicas o genéticas para corroborar el diagnóstico o causa de enfermedad o muerte.
Preparación de la muestra
- Para llevar a cabo este examen el médico patólogo se vale de las llamadas técnicas de procesamiento y métodos de observación cuya elección varía dependiendo de qué característica se desee observar.
- El proceso comienza con la obtención de la muestra objeto de estudio.
- Luego las muestras son fijadas con soluciones líquidas o congeladas con el objetivo de mantener, durante el procesamiento posterior, las estructuras en forma lo más parecida posible a cuando estaban vivas.
- El siguiente paso consiste en embeber la muestra en sustancias líquidas que luego se vuelven consistentes.
- En la siguiente etapa las muestras se cortan, con un aparato llamado micrótomo, en secciones muy delgadas (micro micrones)
- Dado que los tejidos humanos son incoloros, a excepción de los pigmentos presentes en la sangre y la piel, se usan colorantes para delimitar las estructuras. En los últimos años se han desarrollado técnicas altamente sofisticadas que permiten visualizar elementos dentro de las células. La inmunocitoquímica emplea anticuerpos que se unen a estructuras celulares. La hibridación "in situ" usa material genético (ADN o ARN) y permiten identificar las células que expresan un gen determinado. Los modelos de animales transgénicos permiten estudiar genes específicos.
Concluidos estos procesos la muestra está lista para ser observada bajo el microscopio óptico o electrónico.