Un nódulo pulmonar solitario es una lesión única, menor de 3 cm en su mayor diámetro, redondeada, rodeada de pulmón sano.
Con frecuencia es un hallazgo casual en una radiografía de tórax o una tomografía computada y su descubrimiento siempre conlleva la duda acerca de su naturaleza benigna o maligna.
Es fundamental guardar radiografías y tomografías o resonancias anteriores, ya que el médico comparando la imagen con la actual podrá valorar si la lesión es nueva o hubo cambios en su aspecto en caso que ya fuera visible
Tiempo de duplicación de volumen
Fundamentalmente se evalúa el crecimiento del nódulo, expresado habitualmente en términos de duplicación de volumen. Dada su forma esférica el nódulo duplica el volumen cuando su diámetro ha aumentado un 26%.
En términos generales puede decirse que una lesión cuyo tamaño no se modifica durante dos años puede ser considerada como benigna y, dependiendo de la condición de riesgo del paciente el médico puede optar por no continuar el seguimiento.
Un nódulo maligno duplica su tamaño entre los 20 y 400 días. Este cambio sugiere la necesidad de obtener una muestra de tejido para examen histopatológico.
Calcificaciones
Si bien alrededor del 40% de los nódulos benignos no presenta depósitos de calcio, la presencia de determinados patrones morfológicos de las calcificaciones es característica de benignidad. Algunos nódulos malignos pueden tener en su interior calcificaciones periféricas o amorfas.
Bordes
También el médico examina los bordes de la lesión. Los nódulos malignos suelen tener bordes irregulares, espiculados o lobulados.
Otras características
En grado variable, y dependiendo del riesgo del paciente y las otras características mencionadas, se evalúan la presencia de depósitos de grasa o cavidades, densidad (sólidos o semisólidos), captación de contraste en la tomografía computada, etc.
A la hora de estudiar un paciente con un nódulo pulmonar solitario el médico
- Considera el balance riesgo-beneficio del examen a solicitar
- Evita técnicas agresivas cuando existe una fuerte sospecha de benignidad
- Evita controles innecesarios que expongan al paciente a irradiación
Existen métodos que permiten calcular la probabilidad clínica de que un nódulo sea maligno y de este modo solicitar los estudios adecuados para cada estimación.