La inhalación de humo durante un incendio compromete el aparato respiratorio y, también, al resto del organismo.
Mecanismos del daño
- Térmico: aire caliente
- Químico: sustancias tóxicas generadas por la combustión de plásticos, pinturas, maderas, textiles, etc.
- Hipoxia: asfixia por acción de gases como el monóxido de carbono, ácido cianhídrico y sulfuro de hidrógeno, metano y nitrógeno, óxidos de azufre, etc.
El monóxido de carbono no se ve ni se huele, no es irritante, pero es el más peligroso de los gases generados en un incendio. Cuanto más negro es el humo más monóxido de carbono contiene.
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Signos y síntomas
Generales
- Tos con expectoración
- Disnea
- Ardor de lios ojos, la nariz y la garganta
- Irritación de la piel.
- Disfonía
- Sibilancias o estridor
Intoxicación por monóxido de carbono
- Cefalea, dolor torácico y visión borrosa
- Náuseas, vómitos
- Insuficiencia respiratoria aguda con edema pulmonar
- Compromiso de otras funciones orgánicas
- Alteraciones de la conciencia (confusión, estupor, coma)
- Muerte
Recomendaciones
Todas las personas que expuestas al humo en un incendio, deben ser asistida por un médico en forma inmediata, ya sea que tengan o no síntomas.
Las personas con enfermedades cardiorrespiratorias crónicas tienen un mayor riesgo de complicaciones.
Durante varias semanas después de la exposición al humo se debe evitar la exposición al humo, aerosoles y sustancias volátiles (pinturas de esmalte, solventes).
El tabaco y las drogas potencian el daño respiratorio causado por la inhalación de humo |