Cambios respiratorios durante el sueño

Mediante la voluntad es posible modificar la frecuencia respiratoria; respirar más rápidamente (hiperventilar) y hasta detener la respiración por algunos segundos (apnea) como cuando nos sumergimos debajo del agua. Los centros que permiten regular la respiración a voluntad están localizados en la corteza cerebral.

Pero, el acto de respirar es, en sí mismo involuntario, y regulado por centros situados en una región del sistema nervioso llamada tronco cerebral.  Estos centros funcionan en forma automática respondiendo a las variaciones de las concentraciones de sanguíneas de O2 y CO2.

Durante el sueño, cuando las personas “no están conscientes de que necesitan respirar”, los centros automáticos asumen totalmente el control de la respiración. Sin embargo, durante el sueño ocurre una serie de cambios que sitúan a la  respiración en un lugar de “vulnerabilidad”.

  Disminución de la sensibilidad de los centros respiratorios 

Durante el sueño la capacidad de respuesta de los centros respiratorios a la acumulación de CO2 y la disminución de O2 disminuye un 50%.

  Aumento de la resistencia de la vía aérea superior  

Durante el sueño puede presentarse un cierto grado de obstrucción al paso del flujo aéreo. Ello se debe a características anatómicas como mandíbula pequeña o hipertrofia de los tejidos blandos como las amígdalas, la lengua y el tejido adiposo. Además, el tono muscular de los músculos que dilatan la vía aérea disminuye y se reduce el pasaje de aire.

 

Las bebidas con alcohol y los medicamentos para dormir y la obesidad son causas frecuentes de aumento de la resistencia de la vía aérea

 

 

 

El aumento de la resistencia de la vía aérea superior contribuye a la aparición de ronquidos, apneas e hipopneas durante el sueño

 



  Alteraciones de la dinámica respiratoria  

La respiración es regular durante las fases I a IV del sueño, pero su intensidad y frecuencia de hacen irregulares en la fase REM (*), por reducción del tono muscular de los músculos de la caja torácica (intercostales). El único músculo que continúa funcionando a pleno es el diafragma.
(*) El sueño se desarrolla en ciclos de cinco fases. Las fases I, II, III y IV definen el pasaje desde el adormecimiento hasta el sueño profundo, y la fase REM es aquella durante la cual ocurre la actividad onírica.