El síndrome respiratorio agudo y grave (SARS, por su sigla en inglés) es una infección causada por un virus de la familia coronavirus.
Epidemiología
Esta enfermedad fue identificada por el doctor Carlo Urbani, médico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2003. Él la diagnosticó en un hombre que había viajado desde China hasta Vietnam. El paciente y él mismo fallecieron a causa del SARS.
Se cree que el SARS hizo su primera aparición en pequeños mamíferos y luego se diseminó a los seres humanos.
A partir de ese momento el SARS se propagó rápidamente a más de 24 países de Asia, Europa, Norte y Sur América, y Australia, causando alrededor de 8000 casos y 750 muertes, principalmente en adultos mayores. La OMS calificó el SARS como una amenaza global y se adoptó la cuarentena como medida de salud pública lográndose, apenas unos meses más tarde, una disminución considerable del número de casos.
¿Cómo se contagia?
Cuando el enfermo tose o estornuda, las gotitas de saliva que expele se esparcen en el aire y depositan alrededor. La enfermedad se adquiere al inhalar o tocar esas partículas cargadas de virus. El virus del SARS puede vivir en las gotitas hasta por seis horas y hasta tres horas después de que éstas se han secado.
La infección no deja inmunidad de modo que es posible padecer SARS más de una vez
¿Cómo se manifiesta?
Los síntomas demoran entre dos y diez días en desarrollarse. Los más frecuentes y característicos son fiebre superior a 38º C, escalofríos y temblores, tos sin expectoración, malestar general (cefalea, dolores musculares).
La experiencia del año 2003 mostró que 30% de los pacientes mejora espontáneamente. En tanto en el 60% la fiebre persiste, las molestias respiratorias devienen en disnea y se asocia diarrea. El 20 a 30% de este grupo desarrolla neumonía; muchos requieren incluso hospitalización en unidades de cuidados intensivos y ventilación mecánica.
La presencia de este cuadro clínico, junto con hallazgos radiológicos compatibles con neumonía y el antecedente de haber estado en áreas de riesgo (China, Vietnam, Singapur y Toronto) o en contacto con un paciente con SARS confirmado, son datos que sugieren el diagnóstico.
Pronóstico y tratamiento
En la epidemia del 2003 la tasa de mortalidad del SARS fue del 9 al 12%, y llegó al 50% en mayores de 65 años de edad.
Hasta el momento actual no existe un tratamiento específico; únicamente se toman medidas de sostén con oxigenoterapia y medicación sintomática.
Lavarse las manos es la mejor estrategia de prevención del SARS