La Organización Mundial de la Salud (OMS) preparó, en el mes de agosto de este año, un documento sobre el uso y la regulación de los cigarrillos electrónicos recomendando que se prohíba su uso en establecimientos cerrados y donde esté prohibido fumar y la venta a menores, y se ponga límites a su publicidad.
“Que se trate al cigarrillo electrónico como al tabaco normal, es decir que se limite su uso al ámbito privado”, recomendó la OMS
El documento califica a la información disponible sobre el cigarrillo electrónico y sus eventuales efectos perjudiciales sobre la salud como insuficiente, inconsistente y poco concluyente y recomienda ser precavidos. El mismo será evaluado, en el mes de octubre, por los Estados miembros del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco
Riesgos asociados a las emanaciones
"La expectativa razonable de las personas no es correr un riesgo menor con respecto a la exposición al humo de tabaco ajeno, sino no correr ningún riesgo de exposición a ningún tipo de productos respirables”, argumentan los expertos de la OMS.
Las dudas giran entorno al potencial efecto nocivo de las emanaciones de este dispositivo sobre las personas, fumadores activos y pasivos. De hecho el aerosol que se inhala no es simple vapor de agua y las escasas pruebas realizadas revelaron amplias variaciones en los contenidos (tipo, calidad, cantidad); incluso se han identificado carcinógenos como el formaldehído y partículas que pueden causar irritaciones de los ojos y de los pulmones.
Adicción y toxicidad de la nicotina
Estos cigarrillos contienen nicotina y puede incitar a los menores de edad a iniciarse en el consumo de esta sustancia altamente adictiva
La nicotina tiene efectos adversos en las embarazadas y aumenta el riesgo de cardiopatías.
Boicot a la voluntad
También se duda del valor de estos dispositivos como ayuda para dejar de fumar ya que los datos son hasta el momento “anecdóticos”.Existe la sospecha de que, en realidad, con esta modalidad se socavan los esfuerzos del fumador para acabar con el hábito. Por ende la OMS recomienda prohibir las publicidades basadas en esta supuesta propiedad hasta tanto se aporten pruebas científicas fundamentadas.