Existe una relación entre la obesidad y la gravedad del asma, entres cuyos mecanismos se destacan los efectos mecánicos del sobrepeso sobre la función pulmonar, y la presencia de factores agravantes como el reflujo gastroesofágico y la apnea del sueño. Más recientemente, se ha sugerido que la inflamación sistémica característica de la obesidad podría favorecer la inflamación de las vías aéreas. En el siguiente estudio, abierto y prospectivo, se evaluó, por primera vez, el impacto de la disminución del peso en pacientes con asma grave asociada a obesidad.
Participaron 33 pacientes con asma grave, mal controlada a pesar del uso de dosis máximas (dosis promedio de budesonida 1600 mg/día), con obesidad moderada. La población se dividió en dos grupos, n= 22 iniciaron tratamiento contra la obesidad consistente en una disminución de la ingesta calórica y sibutramina (10 mg/ día) y orlistat (hasta 120 mg/día); no se implementó un programa de actividad física para evitar la influencia de los ejercicios aeróbicos sobre la respuesta inflamatoria de la vía aérea. Once pacientes integraron el grupo control. Se estableció como criterio primario de valoración el nivel de control del asma cuantificado con el Asthma Control Questionnaire (ACQ), seis meses después del inicio del programa de reducción del peso.
Los autores consignan que, en el grupo tratado hubo una disminución significativa del peso, promedio 7.5% respecto del basal y ≥ 10% en 12/22 pacientes; en tanto no se registraron cambios en el grupo control. Se observó una asociación estadística y clínicamente significativa entre la reducción del peso corporal y un mejor control del asma (ACQ score 3.02 ± 0.19 a 2.25 ± 0.28 versus 2.91 ± 0.25 a 2.90 ± 0.16 en los controles; p= 0.001). Entre los beneficios de la disminución del peso se enumeran un aumento de los días libres de síntomas, menor uso de medicación de rescate y disminución de las visitas a emergencias. También se constató, en el grupo con disminución del peso ≥ 10%, una mejoría significativa de la capacidad vital forzada. En cambio, no detectaron modificaciones en el nivel de marcadores de inflamación de la vía aérea (proteína C reactiva, eotaxina, TGF B-1) ni en la hiperreactividad bronquial, niveles de oxido nítrico exhalado ni celularidad del esputo.
Conclusión
Los autores concluyen que, en pacientes con asma grave y obesidad, la disminución del peso corporal redunda en un mejor control del asma. Y, consideran que ésta es la mejor opción para aliviar los síntomas persistentes. Aclaran que este beneficio no se relaciona con cambios en el proceso de inflamación y, en cambio, se debería a una disminución del impacto negativo del sobrepeso en la función pulmonar.
Acceso al resumen
Sérvulo Azevedo Dias-Junior, Monica Reis Regina Maria de Carvalho-Pinto, et al. Effects of weight loss on asthma control in obese patients with severe asthma. Eur Respir J 2014; 43: 1368–1377