En su revisión Patel y colaboradores se refieren, fundamentalmente a la evaluación de la supresión adrenal, frecuente en la sepsis, señalando que no se sabe aun exactamente cómo evaluarla.
No obstante mencionan las recomendaciones de la Sociedad Americana de Cuidados Médicos Críticos sobre la “insuficiencia corticoidea” (aumento del cortisol < 9 mcg/dl después de estimulación con 250 mcg ACTH sintética, o medición de cortisol < 10 mcg/dl en estadio basal), las cuales considera antiguas, a la vez que destacan que no hay mención sobre la necesidad de realizar esta prueba rutinariamente.
Refieren los investigadores que no existen evidencias contundentes acerca de la sensibilidad y especificidad de la prueba de estimulación con cosintropina (ACTH sintética) y se desconoce su utilidad ya que no se han establecido puntos de corte (en las pruebas de laboratorio) que la definan. Sin embargo, dos estudios que describen a continuación han empleado esta prueba para clasificar a los pacientes.
El estudio Annane (2002) mostró que en pacientes con shock séptico y respuesta negativa a esta prueba tratados con hidrocortisona (50 mg IV cada 6 horas) disminuyó significativamente la mortalidad a 28 días (53% versus 68% placebo); pero la metodología de la investigación fue cuestionada.
Por su parte, el estudio CORTICUS, si bien mostró una disminución de la duración del shock, no obtuvo beneficios en las tasas de mortalidad y se observó un aumento de las infecciones graves con nuevos episodios de sepsis; también se hallaron en esta investigación errores metodológicos.
En base a su revisión los investigadores señalan que los corticoides mejoran la presión arterial pero no tienen beneficio en la sobrevida y, en altas dosis, hasta pueden resultar perjudiciales.
En cuanto a los resultados de pequeños estudios con dosis bajas de corticoides también la metodología de los protocolos interfiere con la correcta interpretación de los resultados.
Concluyen entonces que, el uso de corticoides sistémicos en sepsis y shock séptico aún despierta controversias, los autores se manifiestan esperanzados en que futuros estudios multicéntricos, prospectivos, aleatorizados y controlados puedan responder qué pacientes deben tratarse, qué dosis es la adecuada y por cuánto tiempo.
Acceso al resumen:
Patel GP, Balk RA. Systemic Steroids in Severe Sepsis and Septic Shock. Am J Respir Crit Care Med 2012; 185: 133-139