El daño a las vías respiratorias inducido por microbios y contaminantes aéreos desencadena una respuesta inmunológica de protección. No obstante, una reacción inflamatoria desmedida puede tener un efecto deletéreo por sí misma propiciando el desarrollo de enfermedad respiratoria aguda o crónica.
Los macrófagos alveolares, células dendríticas y células del epitelio bronquial poseen complejos proteicos intracelulares denominados inflamasomas que funcionan como receptores de reconocimiento de patrones (PRR por su sigla en inglés) capaces de detectar y reaccionar ante estas señales de estrés. Su activación desencadena, por la vía de la caspasa-1, la muerte de las células proinflamatorias (piroptosis) contribuyendo así a la defensa del organismo. Al eliminar las células inmunológicas infectadas se evita la replicación del germen. Al mismo tiempo se estimula la respuesta inmunológica e induce la liberación de citocinas proinflamatorias IL-1B e IL-18 que contribuyen a la protección del paciente potenciando las respuestas inmunes innata y adaptativa para limitar la invasión microbiana.
La familia de PRR incluye los receptores de dominio de oligomerización de unión a nucleótidos (NLR por su sigla en inglés) (NLRP1b; NLRP3 y NLRC4) y los receptores de proteínas ausentes en el melanoma 2 (AIM2) (ALR por su sigla en inglés) que son activados por agentes infecciosos específicos y condiciones de estrés (Tabla 1)
Tabla 1: Relación inflamasomas y enfermedad respiratoria
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SDRA: sindrome distres respiratorio del adulto
En pacientes con enfermedades respiratorias en cuya patogenia desempeña un papel preponderante la inflamación (injuria pulmonar aguda, asma, EPOC, enfermedades que cursan con fibrosis pulmonar) se propone la modulación de los inflamasomas como una estrategia para moderar las infecciones y la inflamación. Las moléculas que están en uso o en fase de investigación (anakinra, canakinumab y rilonacept) se focalizan en la neutralización de las IL-1 y 18. No obstante los autores advierten que, si bien esta estrategia ha resultado adecuada para controlar la inflamación en enfermedades como la artritis reumatoidea, se ha detectado un aumento de infecciones lo que implicaría un riesgo para pacientes con EPOC o asma proclives a este tipo de complicaciones. Por otra parte los tratamientos basados en la inhibición de la IL-1 asocian un menor riesgo de infecciones oportunistas en comparación con los anti-TNF; en este contexto recomiendan esperar los resultados de seguridad y eficacia de los bloqueantes IL-1B selectivos.
Conclusión
Los autores concluyen que la modulación de los inflamasomas aparece como una estrategia promisoria para tratar infecciones e inflamación del aparato respiratorio. Aclaran que la activación de estas moléculas estaría indicada para controlar infecciones, en tanto su inhibición selectiva se aplicaría al tratamiento de los trastornos inflamatorios.
Acceso al resumen
Guy G. Brusselle; Sharen Provoost; Ken R. Bracke, et al. Inflammasomes in Respiratory Disease From Bench to Bedside. CHEST 2014; 145(5):1121–1133