El diagnóstico de enfermedad pulmonar intersticial (EPI) es un desafío en sí mismo y, una vez detectada, no existe consenso acerca del abordaje para identificar sus distintas formas. La fibrosis pulmonar idiopática (FPI) podría ser la excepción para la cual se han delineado guías, aunque tampoco parece muy apropiada la recomendación de realizar una "cuidadosa exclusión de etiologías alternativas".
Esta indicación no brinda una orientación específica sobre cómo lograr este objetivo y no sería lo mejor depositar la confianza exclusivamente en la interpretación de la tomografía computada de alta resolución (TACAR), que tiene un acuerdo interobservador muy ajustado entre radiólogos de la comunidad, y las biopsias pulmonares quirúrgicas.
Se ha propuesto la criobiopsia, una herramienta poco invasiva y más segura, como alternativa a la biopsia quirúrgica del pulmón en pacientes con EPI. Esta técnica utiliza gas comprimido para enfriar el parénquima pulmonar en el sitio en el cual se coloca una criosonda, que al retirarse lleva consigo adherida una muestra de tejido. Se conocen publicaciones con más de 340 adultos con EPI en los cuales se han obtenido muestras de tejido de mayor tamaño y con menos artefacto, en comparación con la biopsia transbronquial tradicional, y un rendimiento del diagnóstico histológico superior al 70%.
Los autores hacen referencia al ensayo clinico de Tomassetti y colaboradores
(AJRCCM, 2016:745-752) que incluye 117 pacientes con EPI demostrada por fibrosis en las imágenes de TACAR a quienes se realizó criobiopsia o biopsia quirúrgica. En el estudio se recrea el abordaje muldisciplinario de diagnóstico escalonado de Flaherty y evalúa el acuerdo entre clínicos, radiólogos y patólogos. El resultado más prominente es que adicionar al proceso de diagnóstico las muestras de criobiopsia conllevó un cambio en el diagnóstico clínico/radiológico inicial en 26 casos, en comparación con cerca de 36 de los sometidos a biopsia quirúrgica. Además, entre los que finalmente se diagnosticaron como FPI, disponer de la información histológica aportada por la criobiopsia mejoró la confianza en la misma medida que en aquellos con la biopsia quirúrgica.
Conclusion
Los autores de esta editorial concluyen que la participación de un grupo experimentado de profesionales más el uso de la metodología de Flaherty y la intervención de patólogos para interpretar las criobiopsias son pilares importantes de este estudio. Señalan, no obstante, tres puntos que deben considerarse antes de extrapolar estos resultados al contexto de la comunidad. En primer lugar no se analiza la precisión-exactitud diagnóstica de la criobiopsia en la EPI. Se examina el grado de acuerdo entre expertos en el contexto de un modelo diagnóstico. Además, es poco probable que pequeñas muestras obtenidas de un único segmento central sean representativas de la información cualitativa que hubieran aportado múltiples muestras periféricas obtenidas de múltiples lóbulos. Un tercio de los pacientes desarrolló neumotórax. Mencionan que se quintuplicó la tasa de sin-diagnostico; al respecto, recomiendan aumentar los controles de seguridad y el rendimiento de la criobiopsia. Finalmente, señalan que esta técnica no puede, de ninguna forma, reemplazar a la historia clínica y el examen físico, el examen serológico, la TACAR y una discusión multidisciplinaria.
Acceso al resumen
Nina M. Patel, Alain C. Borczuk, David J. Lederer, Cryobiopsy in the Diagnosis of Interstitial Lung Disease A Step Forward or Back? American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, 2016;193(7):707-708