La hipertensión pulmonar puede desarrollarse como consecuencia de una insuficiencia cardiaca izquierda o una afección pulmonar, o ser idiopática; se considera que sería ideal contar con marcadores que permitieran conocer mecanismo fisiopatogénico, gravedad, predecir el pronóstico, orientar el abordaje terapéutico y monitorear la respuesta.
Hasta el momento la respuesta vasodilatadora inmediata a la inhalación de prostaciclinas u oxido nítrico tiene valor para predecir pronóstico. Estos pacientes “respondedores” tienen una reaccion satisfactoria con el tratamiento con altas dosis de bloqueantes de los canales de calcio. Por su parte Galié y colaboradores (Eur Respir J., 2009) recomiendan usar los niveles de péptido natriurético cerebral (BNP) y el fragmento N-terminal proBNP (NT-proBNP) para estratificar el riesgo de mortalidad. Se ha observado, en varios estudios, una asociación directa entre su aumento y el mayor riesgo de mortalidad; y su disminución relacionada con una buena respuesta terapéutica a cirugía, treprostinil, ambrisentán. No obstante no se ha establecido aún los valores umbral clínicamente significativos que delimiten un pronóstico bueno de uno malo. Se describen como marcadores inespecíficos de gravedad, sobrevida, progresión de la enfermedad y respuesta terapéutica el aumento del ácido úrico y la disminución de la PCO2; y marcadores hemostáticos como el dímero-D, fibrinógeno, y trombomodulina.
Inflamación
No hay, hasta el momento un marcador de inflamación capaz de predecir con certeza el desarrollo de HAP, progresión o respuesta al tratamiento. No obstante, los autores sugieren que parámetros relacionados con un cierto grado de inflamación sistémica como la anemia, aumento de la proteína C-reactiva, la bilirrubina, y el índice de distribución de glóbulos rojos (RDW) se consideran indicadores de pobre sobrevida. Otros marcadores de inflamación asociados con mayor tasa de mortalidad son la proteína inducible similar a la linfotoxina (lymphotoxin-like inducible protein). También se han hallado valores aumentados de IL-1, IL-2, IL-4, IL-6, IL-8, IL-10, factor de necrosis tumoral alfa, factor de crecimiento vascular endotelial (VEGF), factor de crecimiento derivado de las plaquetas (PDGF) y factor transformador del crecimiento (TGF Beta-1). Para algunos de ellos se ha descripto asociación con el riesgo de mortalidad y la sobrevida. Las nuevas investigaciones relacionan el aumento de la resistencia vascular y disfunción del ventrículo derecho con el del factor 15 de diferenciación de crecimiento (GDF-15), la osteopontina y el RDW.
Función vascular
Existen evidencias de que la interacción entre las células endoteliales y las del músculo liso vascular ponen en marcha una cascada de señales. Las investigaciones más significativas atribuyen una relación entre el aumento de dimetolarginina asimétrica (ADMA) inhibidora de la NO sintetasa, producida por el endotelio, y la mortalidad por HAP (idiopática, portopulmonar, secundaria a cardiopatía congénita , etc). También se describe aumento de la endotelina-1 y la adrenomedulina. En cambio disminuyen los niveles circulantes de PGI-1 y NO; y apelina producida por las células endoteliales, inductora de apoptosis y supresora de la proliferación de las células del músculo liso en las arterias pulmonares.
La activación endotelial tiene una participación importante en el remodelamiento vascular, según los muestra el aumento de varias moléculas de adhesión, metaloproteinasas y factores angiogénicos. Si bien no se ha definido su significado pronóstico, en cambio se ha establecido un valor para monitorear respuesta terapéutica. La administración de mesilato de imatinib, un inhibidor del factor de crecimiento derivado de las plaquetas (PDGF), mejora la hemodinamia pulmonar en correlación directa con la disminución de los niveles del PDGF.
Otras líneas de investigación
Se analiza el valor del aumento de micropartículas (diámetro 0.5 a 1.5 microm) circulantes, constituidas por fragmentos de membrana de leucocitos y plaquetas y células endoteliales. En cuanto a las células endoteliales circulantes y las progenitoras no existe consenso sobre su valor como marcadoras de actividad de la enfermedad. Los autores atribuyen estas diferencias a la falta de estandarización de las técnicas de aislamiento y métodos de caracterización celular.
Conclusión
Los autores concluyen que a pesar de los avances logrados en los últimos años aún es necesario identificar marcadores más específicos, estandarizar los métodos de estudio y validar los resultados en estudios prospectivos. Recomiendan aplicar combinaciones de marcadores y, en particular, identificar marcadores de respuesta terapéutica.
Acceso al resumen
Vasile Foris, MD; Gabor Kovacs, MD; Maria Tscherner, et al. Biomarkers in Pulmonary Hypertension. What Do We Know? CHEST 2013; 144(1):274–283