Es difícil establecer cuándo comenzar el tratamiento con antirretrovirales en personas con VIH y tuberculosis. A menudo se retrasa su indicación por temor a la toxicidad del fármaco y sus interacciones, así como el síndrome de reconstitución inmune (un aumento de la respuesta inflamatoria a la tuberculosis frente a la recuperación del sistema inmunológico).
Esta conducta permite que el VIH continúe su actividad de replicación sin ningún tipo de oposición química. Blanc y colaboradores diseñaron el ensayo CAMELIA
en el cual analizaron esta cuestión. Asignaron al azar 661 personas con VIH-SIDA (CD4 <200, la mitad de ellos <25) y tuberculosis recién diagnosticada a recibir tratamiento antirretroviral a partir de la 2º u 8º semana El seguimiento se extendió durante 2 años.
Aquellos que iniciaron el tratamiento antirretroviral más tempranamente presentaron un riesgo más bajo de morir (18% vs 27%; hazard ratio [HR] 0,62). El beneficio se manifestó a pesar de una tasa significativamente superior de síndrome de reconstitución inmune (IRIS) en el grupo de tratamiento temprano del tratamiento (HR 2,5). Ambos grupos respondieron bien al tratamiento con antirretrovirales, con aumentos del recuento de CD4 > 114 en más de la mitad de los participantes, y una carga viral indetectable durante un año en el 97% de los pacientes.
Acceso al resumen:
Blanc F-X et al. Earlier versus Later Start of Antiretroviral Therapy in HIV-Infected Adults with Tuberculosis. N Engl J Med 2011;365:1471-1481.