La ventilación mecánica (VM) actúa contrariamente a la respiración espontánea, pues mientras ésta genera presiones intratorácicas negativas, la VM suministra aire a los pulmones generando una presión positiva. El respirador genera una presión positiva en la vía aérea durante la inspiración a la que se oponen la resistencia al flujo aéreo del árbol traqueobronquial y la resistencia elástica del tejido pulmonar.
Si bien es un tratamiento que “salva vidas” su uso no está exento de riesgos y complicaciones, algunas de ellas en el mismo aparato respiratorio
Lesión pulmonar inducida por el ventilador
La VM somete al pulmón a un potencial daño físico conocido como “lesión pulmonar inducida por ventilador”, el cual representa un porcentaje importante de las complicaciones respiratorias de los pacientes en las unidades de cuidados intensivos. Ésta es consecuencia de la aplicación inadecuada de la VM y se debe a diversos mecanismos.
Barotrauma
El barotrauma es la lesión pulmonar más frecuentemente asociada a la VM. Barotrauma es el traumatismo pulmonar producido por exceso de presión con sobredistensión y rotura alveolar. Como consecuencia se acumula aire fuera del tejido pulmonar (en el mediastino, la pleura, el peritoneo, el tejido celular subcutáneo). De todas estas manifestaciones, la que tiene mayor repercusión es el neumotórax, ya que puede amenazar la vida del paciente. Favorecen el barotrauma la duración de la ventilación, el antecedente de asma, la juventud, la acumulación de secreciones bronquiales, etc.
Volutrauma
Es similar al síndrome de distrés respiratorio agudo y se produce en pulmones previamente lesionados.
Atelectrauma
Se trata de áreas de colapso alveolar o atelectasias.
Biotrauma
Es una respuesta inflamatoria.
Toxicidad por oxigeno
Toxicidad pulmonar
La inhalación de altas concentraciones de oxígeno induce la formación de radicales libres que ocasionan cambios ultraestructurales en el pulmón similares a la lesión pulmonar aguda.
Atrapamiento aéreo
Es consecuencia de la hiperinsuflación que se genera como resultado de la retención de aire en los pulmones al final de la espiración. Esta situación es más frecuente en pacientes con lesiones pulmonares previas (EPOC, bullas, enfisema), broncoespasmo y mayores de 60 años.
Neumonía asociada al ventilador
Esta entidad define a la neumonía adquirida 48 horas después de la intubación endotraqueal en un paciente con soporte ventilatorio invasivo. Los microorganismos implicados en esta infección pueden tener un origen exógeno (instrumental, etc.) pero, con mayor frecuencia, provienen del mismo paciente (nariz y senos paranasales, boca, tráquea). Los gérmenes llegan al pulmón por microaspiración de secreciones a través del tubo endotraqueal.
La probabilidad de desarrollar neumonía asociada al ventilador es directamente proporcional a la duración de la ventilación mecánica, y es más probable que ocurra dentro de las dos primeras semanas. Los factores predisponentes son: enfermedad pulmonar subyacente, traqueotomía, sonda nasogástrica, inmunodepresión, malnutrición.