La rehabilitación pulmonar tiene un impacto positive sobre la disnea, la fatiga, la tolerancia al ejercicio, el humor y la frecuencia de internaciones de los pacientes con EPOC. Existe evidencia de que, con pequeñas modificaciones, sus beneficios podrían extenderse a otras enfermedades respiratorias crónicas.
El asma se beneficia de la actividad física; sin embargo, estos pacientes requieren evaluaciones previas a la práctica para la detección de broncoespasmo asociado al ejercicio y la necesidad potencial de premedicación con beta agonistas de acción corta por vía inhalatoria y ejercicios de precalentamiento. También son importantes las técnicas de respiración y entrenamiento en el automanejo del asma (síntomas, medición de pico flujo, medicación de emergencia, etc.)
En pacientes con enfermedades del intersticio pulmonar los programas de entrenamiento físico se asocian a mejoría de la calidad de vida y de la tolerancia al ejercicio. En este grupo es necesario evaluar la necesidad de aporte de oxigeno suplementario y supervisar la saturación de O2 durante la actividad. En aquellos con colagenopatías está indicada la adaptación de las actividades a las limitaciones impuestas por el compromiso articular.
En pacientes con hipertensión arterial pulmonar estable se ha constatado el efecto positivo del entrenamiento físico supervisado y con un cuidadoso monitoreo de los síntomas incluso por parte del mismo paciente. Se advierte que el antecedente de sincope durante el ejercicio es contraindicación para la participación en estos programas.
El manejo de las bronquiectasias no asociadas a fibrosis quística incluye técnicas de eliminación de secreciones y entrenamiento de los músculos inspiratorios.
También los pacientes con cáncer de pulmón participan de programas de rehabilitación después de la cirugía, que incluyen soporte nutricional y psicológico y, eventualmente, terapia ocupacional y técnicas de relajación.
Conclusión
Los autores concluyen que, más allá de la EPOC, los programas de rehabilitación pulmonar constituyen una herramienta relevante en el manejo de las enfermedades respiratorias crónicas. Consideran que, además de las mencionadas en esta revisión, también la fibrosis quística, los pacientes trasplantados y aquellos con enfermedades neuromusculares deberían incluirse en programas multidisciplinarios de rehabilitación pulmonar.
Acceso libre al artículo original
Anne E. Holland1,2,3, Karin Wadell4 and Martijn A. Spruit. How to adapt the pulmonary rehabilitation programme to patients with chronic respiratory disease other than COPD. Eur Respir Rev 2013; 22: 577–586