Uno de los principales objetivos del tratamiento de la EPOC es la disminución de la frecuencia de exacerbaciones. Numerosos ensayos clínicos en Europa y Estados Unidos reflejan una correlación entre la frecuencia de exacerbaciones y el deterioro de la función pulmonar en términos de disminución del FEV1 lo que indicaría una repercusión desfavorable en la progresión de la enfermedad.
Seemungal y Wedzicha, autores de esta editorial, comentan el estudio Hokkaido (Suzuki y cols. Eur Respir J., 2014; 43:1289–1297) sobre una población de 279 pacientes con EPOC, japoneses, en quienes durante 5 años se registraron exacerbaciones definidas en función de síntomas. Las exacerbaciones se comunicaron por respuesta postal pagada con buenos resultados (99%) pero las preguntas se basaban en la memoria del paciente, no habiendo registro diario de síntomas. En el periodo de estudio se produjeron 0.78 exacerbaciones/año sin relación significativa con cambios en el FEV1. La disminución del FEV1 fue de 32ml/año-1, comparable a la de los estudios London COPD y Lung Health Study lo que descarta que esta ausencia de correlación entre ambos parámetros se deba a progresión leve.
Conclusión
Los autores concluyen que en el ensayo clínico Hokkaido hubo una muy baja tasa de exacerbaciones y ello se debió a la modalidad de definición y reporte de las exacerbaciones. Reconocen la posibilidad de que este resultado pudiera deberse a diferencias geográficas, ya informada en el estudio TORCH; no obstante consideran que esta diferencia hubiera sido de menor magnitud si se hubiera obtenido un registro fehaciente de la frecuencia de exacerbaciones. Advierten que una modalidad óptima requiere comunicar todos los eventos ya sea que hubieran resuelto espontáneamente, o el paciente los haya controlado por sí mismo o hubiesen requerido tratamiento médico.
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Terence A.R. Seemungal and Jadwiga A. Wedzicha. Exacerbation frequency and FEV1 decline of COPD: is it geographic?. Eur Respir J 2014; 43: 1220–1222