La Dra. Vedovati y su equipo de colaboradores investigaron el valor de carga embolica evaluada por tomografía computarizada multidetector o multicorte (TCMD) como marcador pronóstico de la evolución clínica de pacientes con embolia pulmonar. Participaron en el estudio, prospectivo, multicéntrico, 579 pacientes con embolia pulmonar aguda sintomática confirmada en la angiografía TCMD.
Uno de los parámetros de carga embólica fue la localización del émbolo calificada como central cuando comprometiera la bifurcación o al menos una arteria pulmonar principal; lobar (al menos una arteria lobar); distal cuando afectara arteras segmentarias o subsegmentaria. Y, mediante el sistema de Oanadi se evaluó el índice de obstrucción indicador de carga embolica total. Se definieron como criterios primarios de valoración la mortalidad a los 30 días por cualquier causa y el deterioro del estado clínico (shock, trombolisis de rescate, intubación, vasopresores o resucitación cardiopulmonar). El objetivo fue identificar a los factores con valor de predicción de cualquiera de ambos, para ello se empleó análisis de regresión de Cox.
Los autores informan que el 5,9% de los pacientes fallecieron, en tanto en el 4,5% se produjo un agravamiento de su condición clínica (ambos eventos 10.4%; n= 60). Se confirmó embolo central en el 60% de los casos, lobar en el 25% y distal en el 15%; el mismo comprometió la bifurcación en el 15% de los casos, un subsegmentos en el 4,8% y, en el 77% de los pacientes fue bilateral.
Los autores comunican una asociación significativa entre los émbolos de localización central y características clínicas tales como disnea, sobrepeso u obesidad, comorbilidad con trombosis venosa profunda, aumento de los niveles de troponina, y signos ecocardiográficos de disfunción ventricular derecha.
Del análisis del total de la población surge que fallecieron o se deterioraron clínicamente el 11.2% de los que desarrollaron un émbolo central, el 11.1% con émbolo lobar y el 5.7% con lesión distal; sin embargo, no hallaron una relación significativa entre la localización del émbolo y alguno de los parámetros de evolución. La excepción se presentó en el grupo de 516 pacientes hemodinámicamente estables, en quienes los émbolos centrales tuvieron un valor predictivo, independiente, de mortalidad a los 30 días por cualquier causa o deterioro del estado clínico (8.4%; p= 0.047). Por el contrario, hallaron una relación inversa con los émbolos distales (2.6%; p= 0.047).
En 448 pacientes se evaluó el índice de obstrucción sin que se hallara correlación con la mortalidad ni el agravamiento clínico, ni en la población en general ni en el grupo de pacientes estables hemodinámicamente.
Otros parámetros con valor significativo para predecir riesgo fueron la edad mayor de 75 años, la disfunción ventricular derecha y la hipotensión arterial.
Conclusión
Los autores concluyen que en pacientes con embolia pulmonar, hemodinámicamente estables, el hallazgo de un émbolo de localización central es un indicador de alto riesgo de mortalidad a los 30 días por cualquier causa o agravamiento del estado clínico. Ello implica que el nivel de asistencia y el periodo de vigilancia deben ser mayores. En tanto un émbolo de localización segmentaria o subsegmentaria se asocia a un riesgo bajo de las anteriores complicaciones. Un aporte de este estudio es que sustenta la incorporación de la función ventricular derecha evaluada por ecocardiografía como parámetro para estratificar el riesgo.
Acceso al resumen
Multidetector CT Scan for Acute Pulmonary Embolism:Embolic Burden and Clinical Outcome. Vedovati M., y cols. CHEST, 2012: 142(6):1417-1424